domingo, 27 de abril de 2014

Patinaje: luce vientre plano y glúteos... ¡como rocas!

¿Quieres despedirte de la celulitis o la flacidez practicando un ejercicio completo, divertido y al aire libre? Si pruebas a ponerte unos patines y te animas a deslizarte por los parques y avenidas de tu ciudad, no te arrepentirás.

Pocos deportes combinan tan bien una actividad física intensa con un estupendo rato de diversión. Patinar resulta muy gratificante, especialmente cuando ya le has cogido el “truqui” y empiezas a disfrutar de esa sensación de moverte en libertad en un espacio abierto; pero además, es una actividad aeróbica, que pone en marcha todo el organismo, activando la circulación sanguínea y quemando gran cantidad de calorías sin que casi te des cuenta.

Piernas y glúteos trabajan intensamente para conseguir deslizar el cuerpo, por lo que la práctica regular del patinaje garantiza unas piernas estilizadas de muslos y unos glúteos firmes en los que, dada la actividad muscular de la zona (especialmente los cuádriceps) la acumulación de grasa resulta impensable.

Aunque la parte inferior del cuerpo sea la que realiza un mayor esfuerzo, una de las ventajas de esta actividad radica en que, además, ayuda a tonificar abdomen y caderas, fundamentales a la hora de mantener el equilibrio y también las extremidades superiores que intervienen en el balanceo necesario para avanzar. Al patinar tienes a todos tus grupos musculares en “tensión”, quemando grasas y tonificando el vientre y las extremidades mientras tú lo pasas genial ¿a que suena apetecible?

Un deporte completo 
Para algunos deporte, para otros una actividad lúdica… sea cual sea tu idea, son muchos los beneficios que el patinaje puede aportarte.

Es una actividad aeróbica capaz de quemar tantas calorías como otros deportes de mayor impacto como correr o montar en bicicleta.
Aumenta la circulación sanguínea y la capacidad del sistema respiratorio, siendo beneficioso para pulmones y corazón.
Mejora la psicomotricidad, desarrollando la capacidad de equilibrio y los reflejos (Tendrás que esquivar obstáculos y procurar no caerte).
Es un magnífico “antiestrés” y una actividad divertida con la que aumentarás la confianza en ti misma y en tus posibilidades de superación. Aunque te parezca que eso de deslizarte sobre ruedas debe ser muy difícil, no lo es tanto. Basta con que estés decidida, no vayas con miedo (sí con prudencia) y empieces de manera progresiva.

En primer lugar acostúmbrate a los patines. Busca un punto de apoyo (una barra, una pared o el brazo de otro patinador/a experimentado/a) y da tus primeros pasos sobre ruedas sin soltarte. Ten en cuenta que desde ese primer momento en que empieces a mover tus piernas, ya estarás tonificándolas al tiempo que abdomen y glúteos.

Una de las ventajas de esta actividad es que verás sus beneficios en tu silueta con sorprendente rapidez. Cuando vayas sintiéndote cómoda y segura avanza unos metros (siempre teniendo a mano un punto de apoyo). Al principio te resultará extraño, pero a medida que controles el equilibrio con ayuda de tus músculos, irás soltándote y empezarás a disfrutar.
Consigue unas piernas y glúteos firmes gracias al patinaje

Seguridad ante todo
 Patinar no es en absoluto una actividad peligrosa pero para practicarla de manera segura debes tener en cuenta tres aspectos muy importantes: realizarla en un espacio idóneo, contar con el equipo adecuado y no excederte en tus posibilidades.

Respecto al equipamiento básico, es bastante sencillo y asequible. Tendrás que elegir unos patines adecuados. Existe una gran variedad y es recomendable que acudas a un establecimiento especializado donde podrán aconsejarte. Si eres principiante puedes optar por los de dos ejes con cuatro o seis ruedas (como los de los niños) o por unos en línea de cuatro ruedas, más cómodos y versátiles. Estos últimos son los más apropiados para patinadores no profesionales, que desarrollan su actividad como hobby (también los tienes de cinco ruedas para una mayor velocidad o de tres para patinar por campo “todo terreno”).

Además, es indispensable el uso de casco, rodilleras y coderas para proteger la cabeza y las articulaciones ante posibles caídas. En cuanto a la ropa, simplemente una con la que te sientas cómoda y te permita libertad de movimientos.

Procura patinar siempre en lugares con pocos obstáculos. Casi cualquier espacio adecuado para el paseo puede ser apto para practicar esta actividad: un paseo marítimo, un parque, una avenida, una gran plaza o incluso un skate park en el que, con la práctica, podrás realizar incluso tus primeras piruetas.

Especialmente al principio, evita los lugares abarrotados de gente que tendrás que esquivar y por supuesto no se te ocurra patinar por una carretera, entre los coches, porque es realmente una temeridad.
Por último, disfruta de esta actividad sin agobiarte. Ve poco a poco hasta que controles ese nuevo “medio de transporte” que te hará pasarlo bien mientras te pones en forma estilizando tu figura, y, si te das un “culetazo”, sonríe y no te desanimes, es sólo cuestión de tiempo y práctica.

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